miércoles, 7 de mayo de 2014

#065 Camboya. Llega el final... relax

Nubes negras antes de la tormenta en Phnom Penh, Camboya.

Cogi un bus desde Ho chi mihn dirección Phnom Penh. Elisabeth, una rubia holandesa, y yo éramos los únicos extranjeros. Al poco de estar en ruta, el ayudante del conductor nos pidió los pasaportes y nos pidió 25$ para tramitar la visa. "Son 20$", le contesté. Con gran habilidad supo responderme que su compañía hacía el trámite rápido, si no, nos pedirían foto, etc... en definitiva un lio que el solucionaba con 5$. Elisabeth y yo nos miramos y sonreímos antes de pagarle. Y funciono. Tan solo nos bajamos del bus para que nos sellaran en la frontera de Vietnam, después volvimos al bus y voilá. ¿Y la frontera de Camboya? La chica me contestó, ya la hemos pasado. ¿Cómo es posible entrar en un país sin que ni siquiera nos eche un vistazo la policía?... ¡Los cinco dólares!
Estupa en el campo de exterminio. Phnom Penh.

Monumento de la independencia. Phnom Pehn.
Phnom Penh... Llevaba varios días de moral baja, asuntos personales y que estaba al final del viaje... (despues de siete meses viajando) y, sinceramente, no esperaba mucho de Camboya. Pero en esta ciudad me he sentido muy muy bien. Su bulevar cerca del rio es el alma de los turistas y en el que he paseado largo y tendido. Allí juegan al fútbol, practican fitness, pasean en bicicleta, en fin... Un sitio para relajarse, que es lo que estaba buscando. 

Museo del genocidio. Phnom Pehn.
Me alojé con Elisabeth en el hostal que habia reservado, uno para mochileros, por 8$ la noche. Este pais es mas caro que Vietnam, incluso la comida local ronda los 2-3 $. Unos precios que estan en dólares y que se pagan también en esta moneda. Por una razón que desconozco, en Camboya usan el dólar americano y su propia moneda, el riel, con total normalidad. Pagas en dólares y te devuelven en rieles o, incluso, mezclado. Una locura a la que al final te acostumbras.
Esa misma noche quedé con Elisabeth y otro chico de China para ir juntos al día siguiente a los campos de exterminio y el museo sobre la misma parte de su cruda historia. Por cierto, una parte muy reciente, 1975-79, en la que el lider comunista Pol Pot decidio asesinar a un cuarto de la poblacion. Visitar esas instalaciones y escuchar en la audioguía declaraciones de testimonios hace que se te pongan los pelos de punta. Despues de esta visita, el resto de la ciudad te puede dejar indiferente. Es grande y tiene varios mercados, templos y palacios a los que no dediqué mucho tiempo. Como dije, a parte de conocer mas de cerca su historia, me he relajado y he reflexionado mucho. 
Me he sentido muy bien en esta ciudad y por eso decidí relajarme mas e irme a la playa, al sur. En concreto a Kampot.

Relax... Kep. Camboya.
¡Pero Kampot no tiene playa!, me dije al ver el mapa. Bueno, supongo que encontraré una piscina al menos, pero de camino a esta ciudad, paramos en un restaurante y una pareja francesa me dio su tarjeta del resort que eran dueños en Kep. ¡Y tiene playa!, me dijeron. Bueno, pues me voy a Kep. (asi de facil soluciono los problemas). El pueblo fue una colonia francesa y ahora se ha convertido en el lugar de vacaciones para ellos... El resort estaba lleno de franceses. El sitio era para relajarse, desde luego, pero le faltaba piscina, si no, me hubiera quedado mas. Kep tiene un parque natural y es famoso por sus campos de pimienta, pero para todo necesitas la maldita moto. Yo me cogí la bici y me fui a la playa artificial. Me di varios paseos y descansé y me comí a bocados el libro que tenía entre manos. Como no estaba lo suficientemente descansado, decidi irme al centro neuralgico del sol y la playa en este pais.

Playa en Sihanoukville, Camboya.
Tormenton...Sihanoukville, Camboya.
Sihanoukville es el Benidorm de este país. Pero hay una gran diferencia, esto es un pueblo pequeño, con casas bajas, muchos chiringuitos playeros y la posibilidad de visitar un montón de islas cerca de esta bahía. Además, es muy barato, tanto que me he dado cuenta de que me hago mayor. Encontré hostales para mochileros que ofrecían barracas, tal cual, como en la mili, ¡a un dólar la noche! (locurón). La inconveniencia, pues que en estas habitaciones entran veinte personas o mas, y viendo que el hostal estaba plagado de jóvenes con ansias de fiesta, me busqué un alojamiento mas caro, pero mas tranquilo. Sobre todo, donde no me comieran los mosquitos (la primera noche estuve en uno de esos hostales y fui un buffet para estos insaciables insectos. ¡Los odio!). Pero ni por esas... de nuevo, sufri los ataques de estos malditos bichos. (Quince picaduras en la espalda que me ha dado hasta alergia. La ultima noche puse mi red antimosquitos y funciono). Al margen de estas molestias, estuve disfrutando del mar, la playa, la lectura y la cerveza a 50 centimos. Como digo, muy barato. 

En Camboya he cumplido mis siete meses de viaje y aquí finalizará en breve. El proximo post sera sobre los templos de Angkor y mi vuelta a Bangkok... pena penita pena... pena...







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